sangre y llanto
a cuesta del silencio.
Ya mi palabra se calla,
os ruego matarme.
Ya el cuerpo cae
inane;
ilusa fantasía
que me has dejado.
Y ya la noche
llora a cantaros.
(Jonathan Edwards Endara Gutierrez)
La poesía, es la expresión perenne del alma, satisface los deseos de la persona y pone visible, con delicadeza y dulzura, la sensibilidad del ser humano.
¡Vean! ¡Vean eso! –dijo en el momento de su agonía don Machelo Orellana- ¡Jesús! ¡Como ese gringo se lo trae abajo la laguna!
-En la manteca también, mientras tostaba cancha, doña Rosalía nos hizo ver como el agua se lo tapaba al pueblo; pero entonces ni ella sabía si era éste o el de la otra banda.
-En mi sueño, óiganse, clarito mamá Nieves me reveló: No les importó celebrar mi fiesta… Mira cómo ese río avanza sobre ese pueblo de pecadores.
AGARRANDO nuestras gallinitas bajamos esa bajada, después que se propagó la peste; a las dos o tres semanas nomás será en que la laguna de Kojup, que había encima del pueblo Suyrobamba, se lo tapó a éste cuando lo estamos viendo desde esta banda.
Primero fue un estruendo lo que escuchamos, luego vimos que se desplomaba el cerro y se vaciaba la laguna…
Fue poco después que un anciano rotosito, cargando su alforja pasara por este pueblo anunciando la desgracia; que todos esperábamos ya, desde que en la ladera de Cunca pariera la mula de don Alberto Cano.
-Será el fin del mundo –dijimos.
-Pero no para este pueblo –dijo el anciano peregrino-; para el otro, para el que está al frente, aunque la maldición puede tocarlos.
Y de veras, al siguiente día nomás ocurrió la desgracia, luego que al anciano le negaron hospicio y hasta un plato de comida.
-¿Ya ves? –Dizque le reveló la Virgen a Sebastián Quimichi, uno de los nuestros -¿Ya ves? No se condolieron a pesar de vivir en la abundancia; ahora están pagando sus culpas, lejos de toda salvación: porque ese anciano, hijo, fue Dios…
Ni uno había logrado salvarse. Ni esa mujercita, la única que le ofreció alimento: sólo porque al escapar olvidó la advertencia: Oigas lo que oigas, por nada te has de volver. Pero en el momento del estruendo miró atrás; y ahí nomás quedó endurecida como piedra.
(continuará)
Óscar Colchado Lucio
EFRAÍN MIRANDA
Nacimiento: dos de marzo de 1925, en la comunidad de Condoraqui , distrito y Provincia de San Antonio de Putina Departamento de Puno, “El descubrimiento de un nuevo y extraño poeta visionario” Sebastián Salazar Bondy MUERTE CERCANA (1954), CHOZA(1978) . PADRE SOL 1998.
Desde la CUEVA DEL ZORRO nuestro mas sincero homenaje a nuestro padre sol el ultimo y verdadero CAUPOLICAN, somos aúnpuelches en la herida abierta del DIOS BIRACOCHA.
“Escribir en los andes no es una afición, es, simplemente; una misión dolorosa”
Flores Aybar
Poesía es una respuesta sin pregunta; en cambio la ciencia es una pregunta con respuesta.
“Un detenerme he sido hasta hoy.
He sabido que la hierba avanza más que yo
Y la sangre y los deshielos.
Tierra, olvida mi deuda, déjame partir,
Déjame ir a donde pueda luchar solo,
No me entretengas con estos rayos y con estos panoramas.
Déjame ser el primero: es adelante donde yo debo estar”
(Muerte Cercana ,29)
Su lenguaje es pulcro y preciso:
“el mundo esta quebrantado
Y no es por eso que estoy triste,
Pues lo que en el mundo se deshace
En mi se rehace prontamente.
Llevo mi dolor
Y lo llevo solo”.
(Muerte Cercana, 36)
“Choza “es una poesía colectiva, escrita por alguien que vive, piensa, y siente como un indio; que vive en la postergación, en la discriminación y el abuso. Al respecto Scorza, que si conocía y comprendía estos sucesos, a diferencia de los “intelectuales” “escritores”modernismos y criollismos, tenía la siguiente opinión:
“hay dos tipos de cronistas: los que acompañan a los españoles, que van desde Bernal Díaz del Castillo hasta Vargas llosa y los que acompañan a los vencidos, que van desde Guamán poma a José María Arguedas”
Desde la conquista, el indio campesino jamás abandono la rebelión armada (esparte de su cultura e idiosincrasia ante la dominación) De ahí la política colonial de las masacres gubernamentales, la abierta predica del genocidio. El blanco criollo, con su cultura ineficiente, siempre se sintió amenazado por el indio que tenia una cultura superior en el ámbito rural. De ahí el deseo de suprimir al indio, de domesticarlo, de evangelizarlo, de cholificarlo: de ahí el desprecio por su lengua y el odio a sus costumbres y a sus practicas rituales.mas todavía, la avaricia y la criminalidad de los procesos de conquistas y colonización, por parte de los portavoces de la civilización, occidental tenían (y tienen todavía, aunque con medio mas sutiles y solapados) como objetivo supremo: erradicar cualquier tipo de practica colectiva, el sistema comunitario…
“MUERTE CERCANA”
Entre la vida y la muerte media una puerta oscilante…
Entre el dolor y la alegría una puerta entreabierta
(La hoja abierta es la del dolor y la hoja siempre cerrada es la felicidad)
Entre el mundo del pensamiento y el mundo de la realidad
vacila una puerta giratoria,
entre el mundo de la razón y el mundo de los instintos
oscila una puerta rendida,
entre el día y la noche una puerta invisible,
entre Dios y los hombres una puerta infranqueable.
Los niños tienen una puerta pequeña
y los adultos una puerta grande,
las mujeres una puerta de flores blancas
y los ancianos una puerta de troncos cansados.
Hay quienes tienen una puerta ornada y abierta a las estaciones.
de pie aguarda a la que se aproximara muy leve,
morirá en el interior, y en silencio
cerrara su puerta para siempre. (39)
.
.
¡No me grites de calle a plaza: cholo:
Grítame de selva a cordillera,
De mar a sierra.
De Tahuantisuyo a República: ¡INDIO!
¡Lo Soi!.
Para José Luis Ramos, hermano de sangre, siguiendo el camino de los heroicos, sigamos en la brega de Mario Mayhua Quispe. LIMA 09 de Julio del 2009.
La Revista: El poeta Neo Tahuantisuyano
Lic. Mario Mayhua Quispe
De:
Jonathan Edwards Endara Gutiérrez.
Ave azul, la dulce melodía de tu alma traspasó la frontera de mi profundo sueño, enclaustrado esta mi corazón en tus blandas manos de mujer. Tus ojos moldean la razón de mi existencia y la integra reflexión de los pensamientos ¿Dejaras que este ser muera por tu amor?
Dulces palabras afloran su alma, sus labios rojos se paralizan, se traban en su garganta las voces que no brotan al aire, sus castaños ojos se humedecen por las dulces lagrimas de amor…Sonó la vocecilla del silencio eterno con un beso, una respuesta unánime y callada del amor.
Mi Juana, mi dulce enfermera que sana y corrige mis tristes e iracundos días de soledad, susurre cuando entre mis brazos la tuve, un suspiro mío una sonrisa le causo, your heart is mine, dijo en su acento inglés, sus ojos de ternura, lucecita, tus castaños ojos de ternura discurre mi mundo mágico y al ver tus pupilas juguetonas, veo, veo el viento que mece con delicadeza las nuevas ramas de la vida.
Miguel Knudsen, aquella tarde, bajo la pálida luz de los primeros faros del parque Schutz, abandonabas tu vieja vida, de un ser extraño, misterioso y raro a una persona formal, monótona, sensible y enamorada, fue el gran cambio de tu vida, en fin, así lo sentías y así debía ser.
El mundo subjetivo que ambos conocían, se sumergía en su verde espesura y con ella la oscuridad nocturna llegaba, se adornaba la ciudad de luces eléctricas, letreros luminosos y tiendas comerciales con publicidades detalladas, mientras que en los brazos de Knudsen, soñaba alegre entre susurros de un “te amo” Luz Juana y bailaba el romance acicalando las miradas sencillas de la pareja de novios.
De la mano, caminando por las calles de una bella Arequipa, dialogando, confesando su amor uno al otro, estuvieron en medio de la masa de personas que marchaban con rumbo desconocido y el viento nocturno cantaba en los labios del amor; sin duda alguna se dirigían al hogar de Lucecita juntos, unidos por extensos lazos de cariño y la vista con que cada uno miraba al otro se llenaba de una magia geométrica en el que se observa los pequeños detalles del amor que enamoraban aún más. Frente a la puerta de aquella casa, con un beso apasionado y romántico se despedían, una vez que Luz Juana entró a su domicilio, Miguel Knudsen se disponía volver a su consultorio Jurídico, una larga noche de trabajo lo esperaba, trató de concentrarse en aquellos documentos que la empresa requería, sin embargo; recordaba por instantes la causa que provoco esa felicidad de su alma.
Al día siguiente después de un arduo y cansado trabajo, Miguel Knudsen, necesitaba una gota de cariño de su amada, al igual que Luz Juana perdía su cabeza, hasta su alma si fuera posible por el amor, sin medida, que su novio le brindaba. Fueron a cenar juntos y juntos debían de seguir su destino, ambos se conocían y disfrutaban del suave aroma que emanaba de la noche.
Con un intrínseco beso, fueron a la magia inolvidable de lo celestial, el pequeño parque donde los albores de la razón se ocultaban y nacía la luna de las emociones, se convertía en un paraíso, sin tiempos ni preocupaciones, vivían en un subjetivo mundo que ambos inventaban en su lecho de amor.
¡Oh! Miguel, era inevitable esa sonrisa que mostrabas al mundo, la dicha había tocado tu sensible alma y contener la alegría no pudiste, sabias que el onomástico de tu amada se acercaba, preparaste una sorpresa para la ocasión, un día antes estuviste contento…Simplemente ilusionado, llegaste cansado a casa y un profundo sueño te abrigo en la noche fría.
Al siguiente día, tuviste que ir a su hogar, con su familia, alrededor de una mesa compartían momentos profundos, llegada la tarde, después del almuerzo familiar, con gran pena; Miguel se retiro de aquella casa.
Sonaban las trompetas de la serenata en una gélida noche, un par de canciones no basto para engreírla por su onomástico, se fueron a festejar en una refinada discoteca, donde sus amigos la esperaban, allí bailaron y bebieron casi toda la noche, en medio de la lluvia, Miguel Knudsen y Luz Juana se fueron por media calle, empapándose, Miguel la condujo a un lujoso hotel, entraron, Luz vio la cama cubierta de rojos pétalos, un vino sobre una mesa colonial con tres velas en medio, fue un ambiente que ella no pudo imaginar ni menos describirla, se emociono lo bastante fuerte como para soltar una lagrima de alegría, en ese instante se entregaba a los brazos de Miguel Knudsen, confesando su virginidad y con una palabra y con un te amo, poco a poco con su lascivia mano fue desvistiéndola, sus humeros labios pasaban por la ansiosa piel de Juana, ambos se sumergían en su orgasmo, ella toda nerviosa y tímida lo disfrutaba, el feliz de convertirla en mujer.
Autor: Jonathan Edwards Endara Gutierrez.
Tú quisiste descansar
en tierra muerta y en olvido.
Creías poder vivir solo
en el mar o en los montes.
Luego supiste que la vida
es soledad entre los hombres
y soledad entre los valles.
Que los dias que circulaban
en tu pecho sólo eran muestras
de dolor entre tu llanto. Pobre amigo.
No sabías nada ni llorabas nada.
Yo nunca me río de la muerte.
Simplemente sucede
que no tengo miedo
de morir entre pájaros y árboles.
Yo no me río de la muerte.
Pero a veces tengo sed
y pido un poco de vida.
A veces tengo sed y pregunto
diariamente, y como siempre
sucede que no hallo respuestas
sino una carcajada profunda
y negra.
Ya lo dije,
nunca suelo reir de la muerte,
pero sí conozco su blanco rostro,
su tétrica vestimenta.
Yo no me río de la muerte.
Sin embargo, conozco su blanca casa,
conozco su blanca vestimenta,
conozco su humedad y su silencio.
Claro está,
la muerte no me ha visitado todavía
y ustedes preguntarán:
Qué conoces? No conozco nada.
Es cierto también eso.
Empero, sé que al llegar ella
yo estaré esperando de pie
o tal vez desayunando.
La miraré blandamente
(no se vaya a asustar)
y como jamás he reído
de su túnica, la acompañaré
solitario y solitario.
Javier Heraud (El viaje)
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo.
Mario Benedetti.