Jonathan E. Endara Gutierrez

sábado, 11 de septiembre de 2010

La metafísica muerte del amor.

I.

(Óyeme)

Húmeda por el llanto y el roció y por el viento débil sacudida no lejos de mi pobre casería halle una carta que juzgue perdida.

Bajo un dosel de dalias y de rosas, aquella carta sin cesar templaba, que al besarla las auras silenciosas, prisionera entre espinas, se agitaba.

Alcé el papel, fije la vista mía, todas las letras recogiendo avara y he aquí mi bien lo que decía de mi alma de mujer, espejo claro.

Hombre del alma, el cielo dispone desnuda la verdad, quiero decirte lo que a mi voluntad el deber impone y por última vez voy a escribirte.

Mi madre, el único ser que en este mundo me quiere con verdad y con la vida y cuyo amor hacia mí es grande y profundo, no tiene fin ni cambio ni medida.

Me dice que te olvide, que no debo adorar por más tiempo lo que adoro, yo lo conozco y con razón lo apruebo, sin embargo; al escribirte lloro.

Tu no me quieres, ya me has olvidado, fue solo una ilusión que duro un día, solo una flor que el viento a deshojado cuando más arrogante te creía.

Cuando más te quise, mas mi fe te arroja del corazón, donde te alzaba altares y hoy este llanto de amor es de pesares.

Que valgo para ti? Si en verdad me quisieras no ansiarías el amor de otras mujeres ni con escusas de mi lado huyeras, ni vencieras mi amor con sus deberes.

Yo te quiero olvidar, pero; no puedo y por logarlo en fin me esfuerzo en vano, a mi propia pasión le tengo miedo, cuan débil corazón es el humano.

Recuerdo, si cuando de amores loca embargaba los sentidos, te acercaste a mi boca, tu boca y aun recuerdo ese beso en mis oídos.

Y la adorada trenza que en amores dijiste: será la prenda más querida y las fragantes flores ya marchitas que ofrecistes guardar toda la vida.

Y la carta recuerdo por ti escrita, que más tarde guarde como un tesoro y la primera y misteriosa cita y aquel encanto del primer te adoro.

II.

Solo un favor te pido, si algún día te ofrece un nuevo amor sus vaguedades; no turbes con tus ecos mi agonía, no vengas a turbar mis soledades.

Prométeme este favor si es que me quieres y el alma no me arranques a pedazos, no sabes lo que sufren las mujeres, viendo su amor en los ajenos abrazos.

Rompe mis cartas, mis testigos fieles de constantes promesas e ilusiones, no te importe romper tristes papeles al que sabe romper los corazones.

Adiós y si el olvido en brazos la dicha encuentra para mi imposible, recuerda y piensa en los amantes abrazos que destruyen mi amor ineludible.

Mas a que recordar nuestro pasado, si nos separa al fin la suerte airada, quedan tantos recuerdos sepultados, vive feliz, yo desgraciada.

Yo en un rincón de mi infeliz morada a solas con mi eterna desventura, llorare mi pasión menos preciada, entre las sombras de la noche oscura.

Triste de la mujer, siempre en la tierra, el infiel amor la voluntad le brinda y la ley del corazón en guerra, si hay penitencia completa ella sola.

La carta, misteriosa decía pues en el pliego, no terminaba aquella desgraciada quien seguía contemplado el papel me preguntaba.

¿Quién puede adivinar? Grande y profunda el enigma de la historia aquella; hay tal misterio en el amor del mundo y tantas desgraciadas como ella.

De mi mente, el recuerdo no se aparta y mire aquellas letras, una a una, al contemplar llorando aquella carta, bajo dulce rayo de la blanca luna.

Angely Vilchez.

Venezuela.

Adaptación: Endara Gutierrez, Jonathan.


viernes, 27 de agosto de 2010

Lucha contra el cancer











La magia de la solidaridad.Añadir vídeo

http://www.youtube.com/watch?v=6Hxi67GdMrw


Gabriel García Márquez se ha retirado de la vida pública por razones de salud: cáncer linfático. Ahora, parece, que es cada vez más grave. Ha enviado una carta de despedida a sus amigos y lectores.

"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

Dios mío si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... No dejaría pasar un sólo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse! A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un0 beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos cuanto te importan."

Garcia Marquez, Gabriel.

viernes, 6 de agosto de 2010

Alma.


Aquella noche andaba un caballero montado en su caballo elegante, cabalgando hacia lo oscuro, su capa reflejaba la luz de la luna y en su espada iluminaba la fosforescencia de la amargura, no se adonde se dirigía, su mirar misteriosa pareciese no decir nada, sus pasos ligeros que daba el caballo eran inauditos ante lo natural, hasta que fue a dar a una plazoleta vacía donde solo había un banquillo viejo y desgastado por el tiempo donde reposo, no sé en qué pensaba, no podía ver bien el rostro de aquel caballero errante, hasta que de un grito dijo: " Recuerdos sin amor" de repente del cielo bajaron seres que no tenía nada que ver con su exclamación; uno de ellos hablaba con él, pero aquel jinete parece que se aburriera de sus palabras, así que monto al animal y se fue lejos muy lejos en plena soledad, nadie savia lo que deseaba, la luna se ocultaba y yo me di cuenta de que aquel hombre andaba buscando algo con desesperación ¿qué sería lo que el quería?. Nadie lo sabe, siguiendo su camino miraba con curiosidad los senderos de la vida hasta que otra vez se detuvo en un colegio, cerró sus ojos e igualmente bajaron personas sobrenaturales del cielo, poco a poco fui comprendiendo que eran sus recuerdos que se proyectaban en el lugar del hecho; pero ¿qué misterio ocultaba aquel hombre? ¿Que buscaba entre sus recuerdos?
La noche se alargaba mientras el botaba lagrimas de fuego, cuando vi su rostro, estaba llena de cicatrices de guerra contra los problemas, su mirar quizás se alegraba de vivir como humano, los sufrimientos que atravesaron sus rostro, la espada que atravesó el cuerpo de sus oponentes
Paso horas o tal vez minutos cuando llego a un pueblo cuyo nombre es Antauta, pasaba y traspasaba sus calles frías, los perros aullaban en su presencia, no podía creer lo que él hacia; traspasaba las casas, los cementerios, hospitales y hasta los cerros de aquel lugar, no encontraba lo que él buscaba, fue una noche llena de tormentos tanto en el clima como en su corazón, todo aquel humano que tendría la mala suerte de verlo, de un susto se volvería loco. En un parpadear ya estaba en el cerro de Juliaca "El Apu Huaynarroque" miraba aquella ciudad iluminada, como buscar con la vista algún objeto perdido, sus recuerdos no le ayudaban. De pronto fue a paso veloz a un lugar llamado cementerio, donde descansaba en paz ¿acaso algún conocido que podría ayudarle?
Al llegar con furia saco un cofre que estaba en manos de una bella mujer, al abrirlo saco un corazón sangrante que latía potentemente y a la vez se caía en pedazos, con sus manos desgarrados ponía el corazón al pecho humillado, entonces comprendí todo de aquel alma, que a pasos lentos y suaves se retiraba con el peso de su corazón, su capa, su espada ya no producían luz; se veía espesa oscuridad, con sus llantos a nunca acabar.
A lo desconocido se había ido, nunca más lo he vuelto a ver, su cuerpo yacía en paz en algún campo santo, es que se fue de la vida sin poder desprenderse del amor que sentía por aquella mujer; que también salió de su vida de ella. Morir dos veces no es su destino y por arriesgarse, pago alto precio tras su muerte.

Jonathan Endara Gutiérrez.

Cuento que el autor creo a los 13 años de edad.


miércoles, 4 de agosto de 2010

Ilusión sexual


I

Bajo el violento frió de la lluvia, entrábamos a una simple recamada, empecé, claro, por besarla en su frágil cuello, la arrincone con suavidad y destreza a la dura y fría pared, acariciaba por sobre su escote y lentamente bajaba mi lascivia mano entre sus calurosas piernas, mientras succionaba sus suaves pezones, como es lógico; ella excitada, gemía, arrojando la blanca camisa, mas apenas baje su pequeña minifalda y su trusa de seda, abrió las piernas completamente, con algún sensual movimiento, me llevo hasta el filo de la cama en donde con su mano de loba, bajó lentamente mis pantaloncillos junto con mi bóxer, la empuje sobre la cama, ella cayo como pluma entre las viejas sabanas, comencé por besar sus entrepiernas, una dócil caricia en su monte de Venus. El escote negro y el bracier rojo salieron de su cuerpo, se coloco sobre mí, besó mi cuello hosco, mi pecho; fue bajando hasta donde encontró el órgano del placer, luego se extendió en la cama, abriendo sus jugosas piernas calenturientas, empecé a penetrarla, una y otra vez; ella gemía, gemía con las fuerzas que le quedaban, pedía más, sus blancos senos se agitaban en mis labios, se sacudían cuando la penetraba…Creo que le gusto.

II

En la extensa noche gris, alejabasé en la húmeda avenida, quizá; alegre o golosa por la aventura, desvaneció en la blanca neblina, no contuve mirarla por vez ultima, sentía el gran vacío en mi alma…Aventura, solo una aventura de media hora, mi orgasmo decía. Plasmado por algún sentimiento, anduve en la noche imaginaria, bajo la verde luna de mi soledad, lento y despacio mi corazón estremecía su latitud de emociones, una extraña sensación en mi vacía vida, parecía nacer de la nada.
Soñar acabo con ella, con un beso y una caricia sincera, de madrugada sin ella desperté, los sueños húmedos se habían esfumado de mi noche quimérica. El placer de su piel no importaba ni la noche anterior, la aventura de media hora, sin duda alguna se convertía en amor o ilusión.

Endara Gutierrez, Jonathan.

sábado, 17 de julio de 2010

Los simpsons


Esta dividida por numeros romanos para no confundirse de tema.



Son algunas historias, poesias y frases que a lo largo de los capitulos aparece.
Que son quizá; escritos sobresalientes de la animación, y quiero compartirlos con ustedes, a mi apreciación personal, me encanto
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I
Al filo de una lúgubre media noche, mientras débil y cansado, en triste reflexiones he bebido inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia, cabeceando casi dormido, oyó su desubico leve golpe, como si suavemente tocaran, tocaron a la puerta de mi cuarto, es un musítate, tocando a la puerta de mi cuarto, eso es todo y nada más, ¡ah! Que lucido recuerdo de un gélido diciembre, excreto de brazos moribundos reflejados en el suelo, angustia del deseo del nuevo día, van en creciendo mis libros y dan tregua a mi dolor, dolor por la pérdida de Leonora, la única virgen radiante, Leonora por los ángeles, llamada aquella sin nombre para siempre, que crujir triste, vago, escalofriante, de las cedras a las cortinas rojas, llenaba me dé fantásticos terrores jamás antes sentidos y ahora aquí en pie, callando el latido de mi corazón, repito: es un visitante a la puerta de mi cuarto eso es todo y nada más, y ahora mi ánimo cobrada fríos y ya sin titubeos, señor, dije, o señora, en verdad nuestro perdón imploro, mas el caso es que ha adormilado, cuando viniste a tocar, tan quedo vinisteis a llamar a la puerta de mi cuarto, que apenas pude creer que os oía, entonces abrí, en par en par la puerta, oscuridad y nada más.
Vuelto a mí cuarto mi alma toda abrazándose dentro de mí, no tarde en oír el nuevo tocar con mayor fuerza, dije, ciertamente algo sucede en mi ventana, veré pues, lo que sucede, penetrando así en el misterio, de un golpe abrí el portillo, y con solo batir de alas, entro un majestuoso cuervo de los santos días idos, sin asomos de reverencia, ni un instante quedo, y con aires de gran señor o de gran dama fue a posarse en el busto de palas sobre el dintel de mi puerta, posado inmóvil y nada más, aun con tu crespa cercenada y mocha, le dije, tu serás un cobarde orbito cuervo apatusco y amenazador, evadido de la rivera nocturna, dime cuál es tu nombre en la rivera de la noche plutónica, dijo, nunca más y eso es todo lo que decía. Entonces el aire me pareció más denso, perfumado por invisible incendiario, mecido por serafines que revoloteaban sobre mi cabeza, miserable, dije, tu Dios te ha conseguido por estos ángeles una tregua, tregua de repente por tus recuerdos de Leonora, apura, apura este dulce nepente, y olvida a tu ausente Leonora, el cuervo dijo, nunca, ¡Oh! Se esa palabra no está en señal de partida, bájalo maligno, le grite presuntuoso, vuelve a la tempestad a la rivera de la noche plutónica, no dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira, que profirió tu espíritu, deja mi soledad intacta, abandona el busto del dintel de mi puerta, aparta tu pico de mi corazón y tu figura del dintel de mi puerta y el cuervo dijo, nunca más, aparta tu pico de mi corazón y tu figura del dintel de mi puerta y el cuervo dijo, jamás. Y el cuervo nunca se fue, aun sigue posado en el pálido busto de palas, en el dintel de la puerta de mi cuarto y sus ojos parecen los de un demonio soñando y la luz de la lámpara se derrama sobre él y tiende en el suelo su sombra y mi alma del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo no podrá librarse nunca más.

II
Si alguna vez me marcho,
Nunca será en verano;
Verte en verano,
Si fue lo mejor.

Tu pelo brillaba,
Tus labios también,
Tu tez sonrosaba, no podía creer.

Pero; si un día me marcho,
Nunca será en otoño,
Si fuera en otoño, nunca lo sabré.

Tienes un destello,
Que en el aire se ve,
Te conocí en otoño
Y yo ahí estaré.
Como dejarte,
Si feliz por la nieve vas,

Porque en primavera,
No podría dejarte
Yo no, en primavera ni en otra estación,
Yo no podría dejarte,
Mi amor.

III
Sabes:
Tú me recuerdas un poema,
Del que ya no me acuerdo,
De una canción que nunca existió,
Y un lugar al que no creo que haya ido nunca.

IV
Soy Nelson, esta es mi casa, este es el terreno al que mi casa, es remolcada todas las noches.
A veces, tomo el camino más largo, para pasar por las casas de la gente feliz, me gusta mirar hacia adentro y fingir que tengo una familia como la de ellos, me gusta llorar en el océano, porque solo hay mis lágrimas parecen pequeño

V
Mi nombre es Barni Gómez, tengo cuarenta, soy soltero y soy ebrio, una línea de Otelo sobre un bebedor, ahora un hombre sensible, por el alcohol se convierte en bestia, eso lo explica todo, no lloren por mí, ya estoy muerto.

VI
Crosti, has aprendido que la fama, esa caprichosa belleza, puede dejarte cuando más la necesitas y Lisa, también tenía una lección que aprender, una lección sobre la fama. Los aplausos son una adicción, como la heroína o navegar en internet, cuando la pruebas harás por tener más.
Al desprenderse de todo, ella pudo conservar lo único que importaba…su dignidad.

VII
Hay filósofos que creen que no se nace con un alma, que hay que ganarla con sufrimiento, meditación y oración.

VIII
Un noble espíritu, agrándese al hombre más pequeño.

IV
La risa es el lenguaje del alma

X
El alma es la parte más valiosa de uno, aunque; el alma no sea real físicamente, es el símbolo de lo bueno que hay en nosotros.

domingo, 18 de abril de 2010

¿Perdió, Vargas Llosa, algo más que las elecciones del 90?


Efectivamente…después de un desastroso y lánguido gobierno del señor García Pérez, la esperanza de un pueblo, florecía en la democracia, rumbo a las elecciones; en ese oportuno momento, apareció la figura del escritor, Vargas Llosa, conmovido por la pobreza que en ese momento el Perú vivía, fundo el movimiento libertad, quien poco después se uniría con el partido acción popular y el partido popular cristiano, surgiendo el FREDEMO (frente democrático)...
Por: Endara Gutierrez, Jonathan

sábado, 10 de abril de 2010

Cráneos dorados de la miseria



(Son distintos poemas, con solo titulo)



I
Ha principiado el día,
Con el sol oscuro de mis caprichos,
Ha llegado alegre, precipitada…
Con un abrazo de mis remotos recuerdos.


II
Destino, una estrella fugaz…siempre el destino
Dan golpes al alma de la miseria,
Remueven nuestras vidas,
Remueven nuestras penas, fertilizan nuestros pesares.

III
No me mientas vida insensata,
Ya se la verdad del conjunto en cuanto me enteré,
No soy más que un seco picotazo de la vida
Ni menos aun que un beodo bohemio,
Soy la nada de cuanto imaginas,
El aire a la que besas.

IV
La marchita flor del antaño vive...
Como males empozados en una herida incurable,
El deliquio versado concreto de mi pulso y mi voz,
Es la zozobra de lo vetado y lo sosiego.

V
Ocluir el mundo preclaro
Para la aventura de lo irreal,
La fantasía de la noche,
Recíprocos frente al espacio
Llorando las angustias de algún pasado,
Desconsoladamente fingiendo morir,
Fingiendo vivir en nuestras sepulturas.

VI
Somos la perfecta armonía
Del perfecto químico que nos formó,
De la inteligencia que nos doto a su semejanza,
Somos el reflejo de sus ironías
O repentinamente sus experimentos, sus muñecos.

VII
¿Usted sabe de mis lágrimas saladas y confusas?
¡Que sabes de mí que solo amarme!
¡Que sientes por mi que solo amor!
Y eso a mi espejo del alma y cuerpo entero
Le gusta, le encanta demasiadamente en la manera de amarte,
No abristeis las zanjas oscuras de mis pasos
Llena de condolencias y amarguras hacia el ya.

VIII
De todo en cuanto no preguntases ¡te adoro!
Soy un hombre que vive en pleno cementerio
Que sabe llorar, reír, herir y jugar
Que tiene placer, dolor y disgustos,
No soy más que cualquier otro ser humano
En proceso de un retroceso a la hominización.

IX
El supremo es un infante y vosotros sus juguetes de caja
¡Cuídate de su sombra!
¡Cuídate de sus manos!
¡Cuídate de sus golpes!
Nos da vida cuando el quiere, nos arrebata en cuanto todo
En posición de la eternidad se cansa de los viejos muñecos
Y nos tira, sin misericordia, a la ferocidad de la inmundicia,
En ese momento es donde acabase, cesase nuestras vidas.

X
Súpito desinencia al rendirse ante el dislate del problema,
Tupir los mares con nuestras inagotables lágrimas,
El mundo no es más que un tomo de dolor en un universo sofrió
Y regresa periódicamente el día en un amanecer
Con de mi ser, una sonrisa en los perfumados labios.

XI
¿Te gusta el cielo infinito, en noches alegres?
Cuantas veces estuviste bajo los astros,
Son hermosas cuando a tus ojos son pequeñas estrellas bruñidas
Que guían hacia un camino de imaginación y misterio,
Son noches tranquilas, son noches pasibles,
Son espacios en el alma común de un ser.


XII
Lo gravoso siempre va de la destreza
De algún altruista vahído,
Nosotros en un desierto de depravación
Siempre andamos marrados y lánguidos
Y en una mirada como en una clemencia
Caen, caen indefensas las ilusiones de la dulzura.

XIII
La vida y toda su faena
Es una carta en blanca, vieja, carcomida
De la muerte; de la muerte en un anochecer.


XIV
Cuando la esperanza de ser contribuido
Se pierde en la neblina intensa de la mentira,
Brotan de por si y por que si
La verdad, lo correcto, lo concreto
Como si fuera lodo; empozan y se pegan,
Entonces, tal vez, lastimen en lo profundo de tu alma.


XV
Mi alma es un grito lloroso en el silencio
Y mis sabanas un desierto árido
Donde corren arenas de disturbios y deprecación.


XVI
Se viene el ciclón de la soledad,
Son pistones tan colosales que las penas te dan,
Presionan sin piedad la ternura de un recuerdo
¡Cuando solo quede nada del vació mundo!
¡Cuando experimenten la alegría del dolor!
¡Cuando las lagrimas cesen de tanto llorar!
Puede ser que nos deje vivir nuestras vidas
Entonces que el mundo es un libro roído,
Vuelva su movimiento en el paraíso prometido.


XVII
Y así refrenara su ira de todo su rigor
Los cosmos de la saña
Y al fin la mar detenga sus golpes
Detenga su furia y su caudal
Y sea el fin de todo un poema
Embute de dolor
Y sea el fin de lo constante
En cuanto escribí
Con pasos lentos hacia la eternidad.

Autor:
Jonathan Edwards Endara Gutiérrez
(HUAYRA)

viernes, 19 de marzo de 2010

un fragmento de "ENTRE LA LLUVIA"




Mientras pasaban los días, el tiempo se iba acortando, en todo aquel transcurso versado, nuestra amistad fue concebida, ambos conocimos: la moral, la ética y la aptitud de cada uno. Fuimos buenos amigos, y en un momento, el vértigo de la conciencia me haría acuclillar, frente a la desilusión de sostener una relación amorosa. Entablados días oscuros vinieron a mi vida, nuestra amistad fue agonizando, pocas veces conversábamos, y pocas veces la acompañaba a coger su auto, a menudo me sentía culpable de la desunión, culpable por declarar mis sentimientos, como delito alguno; la veía, sostenía en sus ojos una pregunta de inocencia, queriendo arrancarme una respuesta de una amistad casi perdida.
una amistad perdida en vano, por una quimera viajera de mi mente, caí en sus trampas y redes, con una amistad que salió destruida.
Aunque la soledad estaba presente en una parte de mi corazón, no dude en encontrar a mi círculo de amigos (no se comparaba con la de ella) al primero a quien conocí fue a Carlo, un soltero empedernido, con una hija en su cuidado, Quimi, su hermana, carismática e inteligente, juntos son buenos compositores de la música peruana (vals, marinera...) y finalmente a María Fernanda o Mafer, como se presentaba, con un vicio al cigarro y alcohol.
Si, en efecto, una nueva vida estaba comenzando, entre la lluvia de emociones y aptitudes que inundan mi alma; con apacible aroma, observaba los jardines de la facultad, desde un tercer piso, donde mi cuerpo posaba por la ladera de un pensamiento vacio con un sentimiento solitario en el andén de la sabiduría.
Jonathan Endara Gutiérrez
ENTRE LA LLUVIA
Edición en proyecto
Derechos reservados del autor
Dedicada:
Luz Juana Lira Valero.